miércoles, 27 de junio de 2012

11.

No sé si alguien leera esto,tampoco es lo que pretendo, solo soy una chica que busca dejar expresados sus sentimientos como siempre en su escritura y una historia rara que te puede pasar a ti, a mi y a todos. No, mejor dicho, es una historia unica. Todo comienza el verano del pasado año. Imaginaros, una chica que solo vivia para ir de fiesta, solo pensaba en las libertades que le ofrecía el verano después  de sufrir los daños del amor hace unos meses atrás y se prometio a si misma que pasaria un segundo de bachillerato sin malos rollos, se prometio a si misma que ese año no pensaria enamorarse de nadie. ¿Qué chica más ingenua no? Pensar eso, cuando es una cosa que no decides ni tú. Sí, ingenua fue, pues no sabia que una persona a la que habia dado la mínima importancia en un cercano pasado entraría dando un golpe de esos fuertes en su vida. La chica temerosa, no queria dar ni un paso, puesto que tenía miedo, tenía miedo que todo esto volviera a ser el mismo círculo amoroso vicioso que había tenido a lo largo de su vida, pero al final hizo más caso al corazón que a su cabeza quien la advertia que aceptara las consecuencias de quererle, que quererle no sería fácil. Y termino enamorandose, pero no enamorandose a la lijera, no... termino poniendo las grandes esperanzas y su corazón en esa persona. Volvió a confiar en que era posible un amor que esta vez no la haria el daño que habia sufrido hasta ahora y es así como empezo a tener ojos solo para él. Así pues, en los comienzos de Septiembre, surgió la mayor de sus alegrías, ni ella se lo creía, pensaba que era un sueño de esos raros o alguna broma pesada: un chico que la había esperando tanto tiempo y que encima la correspondía en sentimientos. De esto, ocho meses más o menos de amor llegaron. ¿Qué bonito verdad? Suena como las típicas películas de amor en la que tu querrías ser la protagonista, quien por fin encuentra a un chico al menos decente. El típico chico que quiere mucho a la típica chica y viceversa, que más que ocho meses parecían que llevaran como un año juntos. Cuantos bellos momentos pasaron pero... ¿Lo más destacable de aquellos dos? Que luchaban. Luchaban aunque sufrieran por todos los contratiempos que se les presentaba, sabían ambos perfectamente que aunque la pelea fuera muy grande, ellos dos volverían y con más fuerza. Pero no todo en la vida es tan "cuento de hadas", a final, los "príncipes azules" solo son fumadas de los autores que escriben aquellos cuentos ilusionando a las niñas. Tampoco es una película de amor perfecta, más bien termina siendo típica película dramática en la que te preguntas solo una cosa: "¿Y por qué ha pasado todo esto? ¡Se querían!". Solo tengo una respuesta: "El amor cae cuando uno de los dos no quiere luchar más por esa relación". Y así fue y así ha sido. El típico chico que quería a la típica chica, llego al final: el típico chico que deja a la típica chica. Pero no la deja así como así, la chica tenía esperanzas muy grandes en que algún día ese principios de Septiembre volvería y que todo volvería a ser como antes. Vaya ingenua otra vez... ¿no? La chica sufrió bastante, muchos le decían que la vía fácil era olvidarle pero sabía y el corazón la dictaba que esperara, que estaba perdidamente atacada por un sentimiento fuerte hacia él, que si no hacia algo, al final se arrepentiría. Pero nada más veía al chico caminar delante de ella, de espaldas, de lejos, a veces dandole la mano y otras veces distanciandola poco a poco. Dandole una de cal y otra de arena. La chica siempre terminaba confusa pero no sabía cómo, sacaba esperanzas de cualquier parte: paciencia amigos, a eso se le llama querer a una persona de verdad, esperarla y paciencia. Pobre chica... no sabía que su visión era demasiado "romántica" para estos días de hoy, y el chico a su visión la llamaba "realista". Cada uno vivía su realidad y el chico decía quererla mucho, se planteaba algunos días volverla a cojer de la mano fuerte pero como bien dije, cuando uno deja de luchar es cuando puedes decir adiós: sólo veía un sufrimiento invisible, puso el mayor peso en su balanza a una visión del futuro incierta que no tenía por qué ser así y adoptó una actitud de la que no se estaba dando cuenta el daño que se hacía. Y este es el final de una chica ingenua y de un chico que se dejó guiar por las actitudes incorrectas. Pero cada uno toma sus propias decisiones, el destino ha querido que sea así por alguna razon, pero de las decisiones se deben aceptar las consecuencias. Y os preguntareis... ¿Qué es de la chica? ¿Sigue aún en la lucha? Pues sí, la pobre ingenua por mucho que la gente ahora le haya dicho "no vuelvas a caer", por mucho que haya llorado hasta que sus ojos le dijeran basta, por mucho que ella haya dicho "ya no seré tu dolor de cabeza"... cree en una frase y en unos valores aún demasiado románticos: "Si vuestro amor ha sido verdadero, si vuestros sentimientos son tan fuertes que no podeis ni soportarlo, da igual el momento, la situación, el tiempo o el lugar en que os encontreis, el destino os volverá a unir y no os dejará ir". Continua siendo la misma ingenua de siempre, pero ella de momento opta por borrar su nombre del mapa de aquel chico, opta por eliminarle de todos lados, como si nunca chico y chica se hubieran conocido, y que si ven los recuerdos solo son frutos de un sueño de verano que no sabes si es realidad o ficción. Pues bien, esta es mi historia. Yo soy la ingenua :).



¿Hasta qué punto serías capaz de llegar por la persona que quieres?
¿Qué harías?
¿Te harías daño a ti misma?
¿Aceptarias consecuencias y entonces es cuando tu cabeza se transforma en eternos laberintos?
 Lo que pasa es que tienes miedo.
Tienes miedo a perder la persona que quieres.
Tienes miedo a tener que verte obligada a guardar fotografías y recuerdos en una caja llamada ''pasado''.
Y no te olvides que jamás podrás olvidar. Que en tu cabeza quedará grabado su nombre y los lugares en los que pasasteis jamás cambiaran. Que canciones vuestras resonarán todo el día. Hasta que llegue un punto en que lo olvides pero, el pasado es pasado. Grabado se queda no hay otra, querida amiga.
Pero tú amiga, eres luchadora. No lloras porque sabes que esto no terminará en drama. Sabes que en tus ojos hay esperanza. Y le quieres. Y él a ti. Eso es importante. Entonces ¿por qué no luchar? Pon tu empeño y quierelo como siempre.
Enciende las luces. Miralo a los ojos. Sonríe y dile: '¿Hoy? Luchare solo por ti.'